Juan Gris El guitarrista, 1925-1926 |
El madrileño Juan Gris (1887-1927) fue considerado uno de los creadores del cubismo muy tardíamente, casi de forma póstuma, a pesar de ser uno de los cuatro grandes del movimiento junto con Picasso, Braque y Léger. Su cubismo fue clásico y pronto se convirtió en punto de referencia para todos aquellos que practicaban este tipo de pintura.
Reformuló el movimiento desarrollando una noción rigurosa de la pintura, dotando de unidad al cuadro. Realiza obras bien estructuradas en las que parte de una estricta composición geométrica que combina con la incorporación de rimas plásticas, otorgando a la obra emoción y serenidad.
Reformuló el movimiento desarrollando una noción rigurosa de la pintura, dotando de unidad al cuadro. Realiza obras bien estructuradas en las que parte de una estricta composición geométrica que combina con la incorporación de rimas plásticas, otorgando a la obra emoción y serenidad.
La guitarra y la ventana abierta son dos de los motivos esenciales de este pintor. Los instrumentos musicales se han relacionado con algunos aspectos intelectuales de este movimiento, como el deseo de conseguir una cierta temporalidad en el arte. La segunda aparece en su obra tras la Iª Guerra Mundial y contrapone el mundo exterior con el interior. El arte nos ofrece, también hoy, junto con la música, una abierta ventana al mundo: poder aprovechar esa ventana y saber que el mundo nos espera ahí afuera, es algo que hoy en día, tenemos en común con muchos artistas.
“Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente iluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña, sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, (…) Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo. (….)
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digan: «¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?». ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy!”.
Charles Baudelaire, “Pequeños poemas en prosa o Spleen de París”, 1862
Poco a poco irá desarrollando un método propio, en el que concilia el papel de la imaginación con las leyes estrictas de composición que va descubriendo. Una matemática que le ayuda a establecer la estructura, la arquitectura del cuadro. De ella, de lo abstracto de la geometría y el plano de color, nacerá el tema por la necesidad de objetivación del espectador. Gris “califica” esas superficies planas introduciendo signos o trazos con el fin de dirigir la mirada del espectador a través de relaciones poéticas. “Hacer de un blanco un plato, de un rojo una botella, de un negro una sombra…”. Inventor de las rimas plásticas o metáforas estéticas, sus lienzos esconden juegos simbólicos, correlaciones de formas y figuras. Una manera de pintar poética.
Más sobre Juan Gris
En 1906 llega a París y alquila un taller en el mismo edificio donde vivía Picasso, en el ambiente donde se desarrolla el cubismo analítico. En 1912 muestra sus primeros cuadros de gran armonía, rigor y unidad, partiendo de la fragmentación de la imagen, el cromatismo contenido y la geometrización rigurosa de las formas.
A partir de los años 20, el color se hace más vivo; las obras serán más líricas, más naturalistas, incluirán el exterior, la vida orgánica y la curva, en una dualidad entre el escueto naturalismo y la afirmación cubista del cuadro. Para Gris, el cubismo no era un procedimiento pictórico sino una estética, un estado del espíritu en el que las obras reflejan los avances filosóficos, científicos y tecnológicos del momento y, al tiempo, contribuyen a su desarrollo.
El movimiento cubista en París. 1914-1924
A la primera vanguardia artística del siglo se sumaron numerosos artistas que adoptaron inicialmente la estética cubista. Otros se incorporan más tarde. Desde antes de la guerra, Gris mantenía relaciones estrechas con muchos de ellos, a quienes explicaría directamente su teoría.
En líneas generales destaca en ellas la dialéctica entre la permanencia y el cambio, la abstracción geométrica del motivo y las posibilidades plásticas del color, apostando por las cualidades estéticas. La referencia a la realidad es más legible y la combinación de planos abstractos más aleatoria y dinámica.
En el ambiente parisino entre 1914 y 1924 verán la luz nuevos textos, entre ellos, el del poeta G. Apollinaire Los pintores cubistas, que servirá de falso manifiesto, o Sobre el cubismo, escrito por Gleizes y Metzinger, que establecía el armazón teórico de la nueva formulación, en el que exponían su teoría de la forma plana y las perspectivas pluridimensionales.
Estos pintores, si observan la naturaleza, ya no la imitan y se dedican cuidadosamente a la representación de las escenas naturales observadas y reconstruidas mediante el estudio.
La verosimilitud no tiene ya ningún valor, porque el artista lo sacrifica todo a la verdad, a la necesidad de una naturaleza superior que el imagina sin descubrirla.
El tema ya no cuenta, o apenas cuenta. En general, el arte moderno rechaza la mayor parte de los medios empleados por los grandes artistas pasados para agradar.
Si el fin de la pintura es siempre, como lo fue en un tiempo, el placer de la vista, ahora se pide al amante del arte que encuentre un placer diverso del que le puede procurar, igualmente bien, el espectáculo de las cosas naturales.
Nos encaminamos así hacia un arte completamente nuevo que será para la pintura, tal como fue considerada hasta ahora, lo que la música es para la literatura. (Fragmento del Manifiesto Cubista)
Varios artistas y poetas que participaron del cubismo tuvieron un papel principal en la modernización del arte español y latinoamericano, transportando y transformando el movimiento a un lado y a otro del Atlántico, donde la huella de Gris estará patente. Las distintas derivaciones del cubismo demuestran que su identidad no puede reducirse a una sola fórmula, pues su capacidad de transformación lo convirtió en un legado estético que ha perdurado en el tiempo.
Mención aparte merecen, por su trascendencia, los casos del poeta Vicente Huidobro y del pintor Joaquín Torres-García, ambos forman parte de una tradición universalista dentro de un clasicismo, que deriva de los postulados de Juan Gris. Gris influirá en España a través de su faceta teórica y literaria pues su “método“ le lleva a ser el mentor del creacionismo o cubismo literario de Huidobro. Un movimiento que influirá en el ultraísmo, primera vanguardia española. Con el tiempo germinará en el universalismo constructivo de Joaquín Torres-García. Son estilos de síntesis que simplifican las formas y promueven las relaciones geométricas abstractas, sobre una estructura que otorga unidad a la obra.
Juan Gris establece la armazón geométrica de la composición: la arquitectura. Partiendo de esas abstracciones establece relaciones, rimas, acordes, colores y texturas, y compone cuando los colores se convierten en objetos. Esta es la dimensión poética de la pintura que influirá en Huidobro. Gris, además, introduce el primer texto impreso que dialoga poéticamente con las formas plásticas.
Huidobro se relaciona con Gris en París desde finales del año 1911. Establece nuevas relaciones entre las palabras descomponiendo los elementos idiomáticos, tanto desde el punto de vista semántico y sintáctico, como de disposición gráfica en forma de caligramas u otras combinaciones en la página, de manera análoga a lo que el cubismo hace con los elementos de la pintura. El poema ingresa así en las artes plásticas.
El uruguayo Torres-García recogerá el testigo de su herencia, cuya huella puede verse en su universalismo constructivo. Su proceso recuerda al de Juan Gris: primero estructura; después geometría; luego signo, finalmente espíritu. Torres-García definirá a Juan Gris como «el geómetra perfecto y por eso el más puro de los cubistas. La más pura creación dentro de un perfecto ordenamiento».
ttps://www.fundacionmapfre.org/fundacion/es_es/quedate-en-casa/ahora-mas-que-nunca/nuestras-https://www.hoyesarte.com/evento/juan-gris-cubismo-y-modernidad/colecciones-un-dia-una-obra/una-guitarra-y-una-ventana.jsp
https://tecnne.com/biblioteca/escritos/manifiesto-cubista/
https://tecnne.com/biblioteca/escritos/manifiesto-cubista/