9 de mayo de 2013

Un recorrido inusual por el MUSEO DEL PRADO

¡Solo para expertos!.

Los alumnos de TÍLTIDE han realizado esta semana una visita muy especial a las exposiciones que ofrece el Museo del Prado.
Dirigidos por nuestra profesora, Isabel Pinedo (Licenciada en Historia del Arte por la UAM).
Empezamos con la obra de JUAN FERNÁNDEZ, EL LABRADOR, un singular maestro del Siglo de Oro español, prácticamente desconocido hoy, pero muy  valorado en su tiempo. Campesino de origen, y de ahí su apodo, extremeño, al servicio de Giovanni Battista Crecenzi, marqués de la Torre  (1577-1631), pintor aficionado. A través de él, Juan Fernández entra en contacto con el embajador inglés y la corte inglesa y más tarde será uno de los pintores  preferidos de Ana de Austria, esposa del rey francés.




 Su obra es un ejemplo de virtuosismo y prodigio, que tiene como tema la naturaleza: uvas, manzanas, membrillos  frutos secos... Algo  nuevo que no se impondrá como tema hasta el siglo XVII.




La segunda parada la realizamos ante la GIOCONDA, ahora un icono del museo. Esta, que se encontraba en el Prado desde su inauguración, procedente de las Colecciones Reales, es la más antigua que se conoce, y sobre todo presenta la particularidad de que fue pintada al mismo tiempo y en el mismo taller que la original, por un alumno de Leonardo. Esta singularidad se descubrió gracias al proceso de estudio y restauración al que fue sometida a partir de 2010 ante una petición de préstamo para una exposición temporal en el Museo del Louvre de París (propietario de la obra original)




También visitamos los TRÍPTICOS CERRADOS.  Son en su mayoría grisallas, pinturas obtenidas con gradaciones de blanco y negro, que aparecen en los reversos  de los trípticos, y que solo se ven, por lo tanto, cuando están cerrados.
Destacan las realizadas por El Bosco en  La Adoración de los Reyes Magos o El jardín de las Delicias


Observamos La Creación del mundo (1500-1505) es la grisalla trasera de El jardín de las Delicias, de una modernidad y una belleza sorprendentes.

La última parada la realizamos ante la presentación temporal: Historias Sagradas. Pinturas religiosas de artistas españoles en Roma (1852-1864). Son obras de pintores del XIX becados por La Academia de Roma, entre ellos Eduardo Rosales o Luis Madeazo, el pintor de la obra que aparece a continuación El entierro de Santa Cecilia...



Serenidad y academicismo en los temas clásicos pintados por estos artistas. Extraña la convivencia de estas obras con la pintura europea: Monet, Manet, en Francia,  nuestro Sorolla., etc.

5 comentarios:

  1. Desde luego...los racimos de uvas son de un realismo de impresión!
    Besos,Matilde!

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    1. Así es, son tan realistas que el autor hace varias pinturas recogiendo distintos momentos de la uva en su proceso de secado. Y no solo es el color el que difiere de una pintura a otra, es que la piel es tan diferente....
      Te mando un beso, guapa.

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  2. Este maestro del s. de Oro español tiene un enfoque y un encuadre perfecto.Es una pintura barroca muy elaborada : aparte de las que aquí se exponen como: la mosca en el racimo de uvas,estos cuatro racimos colgados,tambien me encanta de sus naturalezas muertas el cuadro:uvas,manzanas,frutos secos.

    Esta visita guiada al Museo del Prado es un lujo.

    Un beso feliz día.

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    1. ¡Qué observadora eres, amiga! Precisamente la profesora nos hizo fijarnos en la mosquita que yo no veía: tuve que ponerme las gafas...
      Te mando un beso y mil gracias.

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  3. Cuanto aprendo!, la verdad.
    Buen finde Matilde.
    .

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