6 de mayo de 2018

Pintoras surrealistas (III). LEONOR FINI

Los temas surrealistas son recurrentes, pero en su mano se convierten en un arma contra las convenciones sociales, incluso las de pertenencia a los grupos de élite de artistas.

Leonor Fini fue una autodidacta con conflictos para ser incluida en ningún grupo porque pintaba "cuadros que no existen y que desearía ver", según declara. 

"Quiero que las imágenes salten de la pagina, quiero pintar los límites del potencial de expresión. Deseo expresar mas allá de lo que se ve".



Leonor Fini (Buenos Aires, 30 de agosto de 1907 -París; 18 de enero de 1996  

Pintora que crea su propio estilo con distintas influencias: surrealismo, simbolismo, prerrafaelismo, sin encajar en ninguno de ellos, a pesar de ser tomada como surrealista. Su mundo está compuesto de imágenes sugestivas, llenas de fantasía y símbolos, con una poderosa femineidad y un fino erotismo.

"Toda la pintura es erótica. Ese erotismo no tiene necesariamente que estar en el tema. Puede estar en la forma con que se pinta un ropaje, en el diseño de una mano, en un pliegue." 

Quizás esta frase, dicha por ella misma, sea una de las pautas que sirvan para aproximarse a su producción.

"Cuando la gente me pregunta qué hago yo respondo "yo soy". 

Semejante postura frente a la vida y al mundo no pudo más que reflejarse en su talento yen su obra, gran parte de la misma se desarrolla en un universo de mujeres autoritarias, decididas, libres sexualmente, femeninas y masculinas a la vez, etéreas pero férreas. 

Viviendo un tiempo sin tiempo, las figuras se comunican pero parece que existe un abismo entre ellas. Porque la relación no es verbal en sí, sino física, una relación de afinidad de género, vinculada con el sexo, con el poder, con la autosuficiencia. 





Nació en la ciudad de Buenos Aires, hija de Malvina Braun Dubich y Herminio Fini. 
La familia materna impidió en todo momento que Leonor se relacionara con su padre.

Autorretrato, 1941

En 1909 se mudaron a Trieste a vivir con su tío Ernesto Braun. El padre amenazó raptarla y la madre la vestía de varón para disimularla. 



En 1924 se trasladó a Milán y luego a París para realizar su vocación de artista. 

En la capital francesa, París, entró en contacto con otros artistas como Paul Éluard, Henri Cartier-Bresson (que la fotografió desnuda en 1933), Max Ernst (que fue su amante), Georges Bataille, Picasso, André Pieyre de Mandiargues, y Salvador Dalí. 




Fue amiga de Jean Cocteau, Giorgio de Chirico y Alberto Moravia. 

Pintó diversos retratos como los de Jean Genet, María Félix, Anna Magnani, Margot Fonteyn, Alida Valli, Suzanne Flon, Silvia Monfort y Leonora Carrington. 



También se dedicó al diseño de vestuario y decorados para obras de teatro. Diseñó el envase del perfume "Shocking" para la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli. 




En la década de los años 70 escribió tres novelas (Rogomelec, Moumour, Contes pour enfants velu y Oneiropompe). 




Fini fue también una destacada ilustradora en obras de Edgar Allan Poe, Marcel Aymé o el marqués de Sade (« Histoire de Juliette», 1945). 







Tuvo muestras retrospectivas en Bélgica (1965), Tokio (1972) y París (1986). 

Pasó la mayor parte de su vida en París, donde entró en contacto con el círculo de artistas surrealistas, del cual formó parte. 






La particular visión de Fini del universo surrealista se concreta en ricos lienzos donde interpretaciones de un figurativismo daliniano nos aproximan a los ricos mundos oníricos de Delvoix o de Chirico. 

Fue una artista autodidacta que creció a la sombra de la rica biblioteca de su tío, en la que descubrió a Aubrey Beardsley, Gustav Klimt y el universo de los prerrafaelistas. 













Estas lecturas, junto con sus visitas a los museos, forjaron su gusto por los espacios con referencias ensoñadoras que tan bien encajaron en el movimiento surrealista. 

Muchas de sus últimas pinturas juegan con las fantasías eróticas y la muerte. 

Fue calificada de lesbiana y bisexual, calificativos que rechazó de la misma manera que había rechazado que su obra fuera surrealista. 






  


Fini se casó una sola vez y por un corto tiempo con Federico Veneziani. Tuvo romance con el conde y diplomático Stanislao Lepri, y luego con el escritor Konstanty Jeleński, 

Considerada una artista relevante del siglo XX, llama la atención por ser una de las pocas mujeres artistas cuya figura no está ligada a la de un hombre. 








Tomado íntegramente del blog de Inma:
El rincón de mis desviaros,  https://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es 
Gracias querida Inma.


Fuentes: 

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