29 de julio de 2018

Exposición en el Castillo de San Andrés. Carboneras. Almería.

Quiero comerme el mundo es el título tanto de la exposición como del libro que reúne a casi cien artistas actuales de todo el mundo, pero relacionados de alguna manera con esta tierra de Almería.



Entre ellos grandes exponentes del arte actual como Antonio Asís, artista cinético cuya obra he visto hace poco, en el Museo Reina Sofía, en una exposición antológica dedicada al Arte cinético y a sus artistas.  En el Castillo de S. Andrés, y en esta fotografía, su obra  aparece en cuarto lugar. ¡Y parece que se mueve!






Junto a ella una acuarela de José Luis Fernández, artista multidisciplinar que tiene obras repartidas por el mundo, pero sobre todo pueden contemplarse en Madrid, donde él reside y donde tiene su estudio. Un ejemplo es el mural escultórico situado en el vestíbulo  de la estación de Metro de la Plaza de Toros de Ventas. Se titula Instante y está realizado en acero cortén, cobre y latón. Mide 3 por 25 metros y tiene un peso de 12 toneladas. ¡Madrid también es un museo!


                           


 

La fotografía, una piezas claves del arte actual.  Un ejemplo en la original obra  de Agustín Martín Francés que parece arriba. Abajo una obra  de Paloma Barinaga,  diseñadora gráfica, que ha dado un giro a su creación en estas fantásticas obras.






                                               

Junto al diseñador Paco Lobo,  la obra de Sara Fernadez, creadora de la firma de Joyería de Autor La Avispa. Ella elabora piezas a mano con gran variedad de metales (plata, oro, latón...) piedras naturales, maderas, metracrilatos... Fomra parte también del dúo artístico La Avispa Verde, creador un proyecto basado en la fusión de estilos, conceptos y miradas, en el que se integra el collage, la fotografía y el diseño.





La obra de Anushree Ktementz, artista alemana, que reside en Almería (Mojacar) después de recorrer  gran parte del mundo buscando un lugar  para ella y su obra, lugar  que ha encontrado en esta tierra árida y hermosa. Abajo nos encontramos con una muestra de la creación artística de Iciar Urcullu, una de mis artistas preferidas.





La escultura juega un papel importante en esta  exposición con las obras de Safi y de Anne  Kampschulte, referencias para la cultura y la creación en la zona de Rodalquilar y las Negras. Anne tiene una exposición permanente en Cactus Nijar. Sus obras en mármol son de una belleza y una elegancia incomparable. 



En la imagen siguiente una escultura de Safi,  empleando sus materiales favoritos, porque utiliza con mucha frecuencia metales, maderas, piedras... Le encantan los materiales de deshecho, se lo he visto decir en los espacios donde le sigo (con mucho gusto).




La escultura que aparece a continuación es de  Frederique Edy. Una artista belga de abuelo asturiano, que después de recorrer varios países decide vivir en el parque natural de Cabo de Gata, ahora es su lugar de creación.







El espacio dedicado a la literatura, donde aparece el libro que ha dado pie a esta exposición, Quiero comerme el mundo, coordinado por Ernesto Pedalino y Mario Sanz Cruz.  Y junto a ellos, otros  títulos de diferentes autores, de los que destaco a escritoras y periodistas como Mónica Sánchez Fernández y Mar Veredejo Coto entre tantas otras.... Y no quiero olvidar a algunos de ellos como Geoffrey Fox,  Guillermo de Jorge y a nuestro Premio Planeta Lorenzo Silva,  tan unido las Jornadas Literarias de Carboneras con la editorial Playa de Ákaba.



Estas imágenes corresponden a la presentación del  libro en la Biblioteca de Carboneras, el 20 de julio.







                                       


                                       




Pido perdón por no poder referirme aquí a tantos otros artistas y amigos como Adriana Mitfessel, Magdalena Vara, Casti Gelde, Concha Enriquez, Isabel, Gómez, Pilar Parra, directora de la Fundación Valparaiso tan relacionada con el arte y cultura de esta zona; María Angeles Ávalos, Annie Chiva, Fernaado y Ana Urcullu  María Luisa Fernández  de Gamboa, el ceramista y gran músico Vidal Hurtado.....  
¡Hasta pronto, amigos!


                                         

Tílide. Espacio de Arte y Cultura
C. Fernando el Católico 28
28015 Madrid

tiltide@gmail.com

17 de julio de 2018

Pintoras surrealistas (IV). LEONORA CARRINGTON

Brujas juegan al cubilete


"El mundo mágico de los mayas", de Leonora Carrington


Leonora Carrington (1917) Escritora, escultora y pintora, está considerada como uno de los iconos del arte del siglo XX. Es una leyenda viva del surrealismo. Nació en 1917 en el pueblo de Chorley, Inglaterra, en el seno de una rica familia de la industria textil, en 1920 queda junto a sus hermanos bajo los cuidados de una institutriz francesa, un instructor de religión y una nana inglesa, que la introduce en el mundo de las hadas y cuyos relatos tendrán una fuerte influencia sobre la artista. 

“El mundo que pinto no sé si lo invento, yo creo que más bien es ese mundo el que me inventó a mi”.





BAÑO DE PÁJARO


 En 1936 ingresó en la academia Ozenfant  de arte, en la ciudad deLondres. Al año siguiente conoció a quien la introdujo indirectamente en el movimiento surrealista: el pintor alemán  Max Ernst , a quien volvió a encontrar en un viaje a París y con quien no tardó en establecer una relación sentimental. Durante su estancia en esa ciudad entró en contacto con el movimiento surrealista y convivió con personajes notables del movimiento como Joan Miró o André Breton, Picasso o Dalí .

AUTORRETRATO


EL LABERINTO
EL HABITANTE DEL UNICORNIO



















Una mujer fascinante que dejó huellas de esas que nunca se olvidan, referente para la mayoría de las mujeres de este planeta, una ternura de mujer!


Gracias al blog de mi amiga Inma del que que obenido casi toda la información:

https://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es/search?q=+Leonora+Carrington.

En 1938 escribió una obra de cuentos titulada La casa del miedo y participó junto con Max Ernst en la Exposición Internacional de Surrealismo en París y Amsterdam.
Previamente a la ocupación nazi de Francia, varios de los pintores del movimiento surrealista, incluida Leonora Carrington, se volvieron colaboradores activos del Freier Künstlerbund, movimiento subterráneo de intelectuales antifascistas.
Leonora Carrington tenía solo 20 años cuando conoció a Max Ernst en Londres. Entonces el pintor ya contaba con 47 años y con bastante fama como surrealista. La gran diferencia de edad, el hecho de que Ernst además estaba casado, así como sus posiciones surrealistas radicales hacían que esta relación no contara con la anuencia del padre de Leonora. A pesar de ello, la pareja se reencontró en París y pronto se fueron a vivir a la provincia,  en una casa de campo que adquirieron en 1938. Hasta hoy se conserva en la fachada de esta casa un relieve que representa a la pareja y su juego de roles: «Loplop», el alter ego de Max Ernst, un animal alado fabuloso entre pájaro y estrella de mar y su «Desposada del Viento»: Leonora Carrington.​
La vida tranquila y feliz de la pareja en este sitio duró solo un año. En septiembre de 1939. Tras la detención y prisión de Ernst en el campo de Les Milles, Leonora sufrió una desestabilización psíquica. Ante la inexorable invasión nazi, se vio obligada a huir a España.​ Por gestión de su padre fue internada en un hospital psiquiátrico. De este período la pintora guardó una marca indeleble, que afectó de manera decisiva su obra posterior. Leonora describió, en su obra autobiográfica (En bas) los pormenores de esta dramática historia. A partir de este momento, André Breton se interesó por la histeria, la locura y otras alteraciones mentales y vio a Leonora como una embajadora de vuelta del "otro lado", una vidente, la bruja que regresaba del inframundo armada de poderes visionarios.
En 1941 escapó del hospital y arribó a la ciudad de Lisboa donde encontró refugio en la embajada de México. En 1942 emigró a México ye n México, la pintora restableció lazos con varios de sus colegas y amigos surrealistas en el exilio, quienes también se encontraron en ese país, tales como  Breton Benjamín Peret y la pintora Remedios Varo, con quien mantuvo una amistad duradera.
En los ochenta Leonora comenzó a fundir esculturas en bronce, sus temas se refieren a las múltiples realidades que confronta la realidad de la vejez.​ Por otra parte Carrington tuvo un genuino interés por la alquimia y los cuentos de hadas con los que creció, interés que se percibe en su obra pictórica y escultórica.
Fue ganadora dePremio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, otorgado por el gobierno de México en 2005.
Falleció a los 94 años en la Cuidad de México.