10 de diciembre de 2019

Benito Pérez Galdós en la Biblioteca Nacional.


La principal aportación de Benito Pérez Galdós (Las Palmas, 1843-Madrid, 1920) a la cultura española fue inventar una imagen moderna del ser humano, que superaba la forjada a base de los arquetipos mentales y dualidades predominantes desde el Renacimiento: razón y corazón, mente y emociones, espíritu y cuerpo. Estos contrastes habían determinado los vaivenes de un campo intelectual colonizado por esa ideología que hizo prevalecer la superioridad del espíritu (lo noble) sobre el cuerpo (lo innoble) y contribuyó al desequilibrio, personal y colectivo, de la sociedad española. Pérez Galdós ofreció en sus obras literarias un modelo de ser humano real, verdadero, en sintonía con su contemporaneidad, que a la vez no renunció a la herencia literaria del siglo de Oro y muy especialmente a la del universal personaje cervantino, don Quijote de la Mancha, cuyo poder de imaginación podía doblegar las preocupaciones materiales. Sus quijotes decimonónicos ya no serán hidalgos, sino abogados, empleados, médicos, comerciantes, profesores, maestros, y mujeres admirables.
Las distintas salas de “Benito Pérez Galdós. La verdad humana” dan cuenta de un mundo en transformación que va forjando la polifacética personalidad del escritor canario que con sus obras y aportaciones públicas incidirá, a su vez, en una nueva manera de entender la realidad moderna. Los espacios íntimos, la luz de los exteriores, la naturaleza, las tertulias, los trabajos y las publicaciones galdosianas se irán desgranando en salas donde tendremos la oportunidad de familiarizarnos con el árbol genealógico de Pérez Galdós; sus primeros años en Canarias; el primer amor; sus aficiones pictóricas; la llegada a Madrid y el aprendizaje en el Ateneo; el magisterio de Giner de los Ríos; su experiencia como periodista; la influencia que sobre él ejercieron las lecturas de Balzac, Dickens o Mesonero Romanos; su primeras novelas y su evolución como escritor hacia estilos cada vez más personales y versátiles; sus amistades con Menéndez Pelayo, Clarín y Pereda; su perfil de hombre político y su deriva hacia el republicanismo; los amores con doña Emilia Pardo-Bazán y con la madre de su única hija; su papel como renovador del teatro español; la gran despedida nacional que se le dispensó tras su muerte; y el posterior silenciamiento de una figura magna de nuestras letras que, actualmente, vuelve a ser revisitada por escritores y escritoras actuales muy relevantes…. Todo ello para trazar el retrato de los rostros de un escritor, un intelectual, un ser humano inquieto y lúcido, que vivió las ideas para reinventar las vidas.
En la exposición se exhibirán más de doscientas obras. Manuscritos, libros impresos, esculturas, grabados y lienzos de las colecciones de la BNE y de otras entidades españolas.
Comisarios: Germán Gullón Palacio y Marta Sanz Pastor.


«Imagen de la vida es la Novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza, y las viviendas, que son el signo de familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción...».
Benito Pérez Galdós
«La sociedad presente como materia novelable».
Discurso ante la Real Academia Española, con motivo de su recepción, 1897.

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