La obra de Miró se vuelve fantasiosa y onírica, coincidiendo con los puntos del surrealismo e incorporándose a este movimiento. En numerosas entrevistas y escritos que datan de la década de 1930, Miró manifestó su deseo de abandonar los métodos convencionales de pintura, en sus propias palabras de matarlos, asesinarlos o violarlos, para poder favorecer una forma de expresión que fuese contemporánea, y no querer doblegarse a sus exigencias y a su estética ni siquiera con sus compromisos hacia los surrealistas.
Realizadas con tela, hilo y alambres, las esculturas formaron parte del escenario de una obra que tenía como protagonista a un dictador.
En la fotografía posterior el espacio dedicado a BARCELÓ con las máscaras, cuadros y objetos que tienen presente el fin y la muerte.
Como todo blog, permite la inclusión de comentarios, propuestas, opiniones, críticas, los cuales se publicarán, siempre y cuando a criterio de la Dirección de la galería, no tengan carácter claramente ofensivo o de falta de respeto a las personas o al hacer de los artistas e integrantes de este proyecto.
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