Charles Bell es el autor de esta obra: hiperrealista, fotorrealista e incluye elementos del Pop Art. Se inspiró para sus naturalezas muertas a gran escala en la historia de amor de Estados Unidos por los juguetes y los juegos de arcade.
Las representaciones hiperrealistas de máquinas de pinball de Bell a menudo se consideran su mejor trabajo. Al tomar perspectivas de primer plano y una variedad de ángulos diferentes, Bell capturó las superficies iridiscentes y los patrones ocupados de sus sujetos con detalles meticulosos.
Con una minuciosidad primitivista y un cierto aire neorromántico y surreal, Lucian Freud tomó partido por el arte figurativo y en contra de las corrientes abstractas dominantes. Desde entonces, su obra se ha alimentado de la tensión existente entre la realidad y la materia, entre lo visual y lo táctil. Por otra parte, su obsesión por el cuerpo humano le llevó a hacer una original reinterpretación del género del retrato.
En sus numerosos autorretratos, el pintor aparece siempre con un gesto forzado, guiñando los ojos, mirando de reojo o hacia abajo, con una mirada que evidencia el esfuerzo que debe hacer para representarse a través del espejo. Reflejo con dos niños (Autorretrato), de 1965, combina un primer plano intenso del artista con su cuerpo retorcido para poder mirar su propio reflejo en un espejo colocado sobre el suelo a sus pies
Walt Kuhn empezó a trabajar como ilustrador para la revista The Wasp. En 1901, viajó a París, en donde estudió brevemente antes de trasladarse a la Real Academia de Bellas artes de Munich. Chico con chistera de 1948, es una de las muchas representaciones circenses que constituyen una parte fundamental de la creación pictórica de Kuhn.
Lichtenstein fue una de las figuras clave del pop norteamericano y sacó la inspiración para su obra tanto del arte popular: anuncios comerciales, revistas, comic…como de la historia del arte tradicional: Art Decó, cubismo, expresionismo abstracto (en el que militó al principio de su carrera)...
La obra de Lichtenstein se caracteriza por su ironía (es algo de lo que los artistas pop presumían, a veces disfrazado de esnobismo o superficialidad…), el uso de puntos benday (utilizados en artes gráficas) y colores industriales, el lenguaje del cómic (onomatopeyas, viñetas, narrativa) y el dominio de la línea.
En nuestro recorrido por el Thyssen encontramos Mujer en el baño. Una mujer que, como las otras de Lichtenstein, luce nítida, hermosa, fresca y moderna Es como si todas hubieran salido del mismo bote de maquillaje.
Entre 1952 y 1956 estudió en el Art Institute of Chicago y, tras finalizar su formación, comenzó a trabajar para diversas agencias de publicidad y empresas del mundo editorial. En 1959 se trasladó a Nueva York, donde trabajó como ilustrador y diseñador y se familiarizó con el mundo de la fotografía. Tras ahorrar el dinero suficiente, Estes dejó de trabajar y viajó por España en 1962. En 1967 enseñó algunas de las obras realizadas durante su viaje a Allan Stone, que presentaría su primera exposición individual en su galería en 1968. En apenas tres años, su obra era conocida en Estados Unidos y en Europa.
Manhattan se convirtió en su tema preferido y con el tiempo otras ciudades del mundo también pasaron a ser objeto de sus obras. A pesar de que admiraba a Edward Hopper, sus paisajes urbanos se distanciaron de los de éste, pues evitaban las escenas nocturnas y cualquier elemento narrativo o emocional. La luz de sus lienzos, por el contrario, busca aquellos momentos más brillantes del día, sintiéndose especialmente atraído por las superficies metálicas, los cristales y los espejos, que le permiten recrearse en las imágenes deformadas de sus reflejos. Aunque se acercan mucho a la visión del mundo que aporta una fotografía y Estes se basa en ellas paras sus composiciones, no las utiliza para imitar la realidad, sino para reconstruirla con una nitidez mucho mayor que la que permite la observación directa.
Lda. en Historia del Arte por la UCM y diseñadora.
Fotografía: María de la Riva
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