La propia artista se manifiesta ante los ojos del espectador con estas palabras:
¿Porqué pinto lo que pinto? Lo hago in mersa en muchas
preguntas. ¿La realidad? ¿Cuál es?, ¿la que me cuentan? ¿la que legislan?
Mi mirada de mujer ¿es femenina? ¿es fálica? ¿es ingenua?
¿falsa o verdadera? ¿es políticamente correcta? ¿ es develadora de otro yo?
Desde hace años, la realidad se me presenta como deformada,
con mil caras que pueden ser tristes o alegres, indiferentes o ruidosas, bastas
o elegantes. Pueden estar llenas de certezas o invadidas por la duda. ¿es sana
la incertidumbre o angustioso el no saber?
Las ambivalencias y disociaciones me son cercanas como
objeto teórico y como eje artístico, pero me siguen sorprendiendo cuando las
veo en la esquina, en el supermercado, en las pasarelas.
Se que permito mezclar formas, colores y distintos
materiales que sugieren escenas o personajes donde lo bello es bello para mí,
donde la ética y la estética, se encuentran, según mis recuerdos, mis lecturas,
mis experiencias y mis sueños.
Hay, en este trabajo, una mirada particular, con cierta
ironía, con alegría y con tristeza, de los hombres y mujeres que creo me
rodean.
A veces pienso que me inspiro en la moda. ¿La moda o la
parodia de la moda? ¿Las antigüedades?
Mis “Bodegones de Moda”, la toman en su sentido actual y
fugaz, pero tienen también algo de antiguo. Tanto como yo misma, en aquellos
patrones de Burda que maniobraba mi madre a los maniquíes de las modistas, que,
aunque han perdido visibilidad es imposible no contar con ellas.
Y “Gatos en la Ciudad”. Un gato, es en mi país, una mujer
que ofrece sus servicios sexuales y de compañía, con cierta elegancia en
lugares lujosos. Sus sutiles, felinos movimientos, la anuncian sin engaño. Los
gatos, se desplazan así, sin ruidos, sin mucha huella. Y los hombres reniegan
de los gatos, pero les dan de comer. Toulouse Lautrec, los vio, los dibujó, y los tomó prestados
para contar una pequeña historia de mi tierra. Y de muchas otras.
Y también pinto caras. De mujeres, de mujeres con carácter,
bellas para mí. Alguien me dijo: una egipcia con tocados modernos. Si, ahí
recordé que de niña, me fascinaba Nefertiti y de grande me gustan los tocados.
Las disociaciones, las desmesuras, ambivalencias y
contradicciones, recorren mi obra y mi historia. Ella es lo que usted vea.
Escrito de Marta Martínez Villaverde para la exposición “La realidad en 3 miradas”,
realizada en el Club567 de Madrid.Septiembre 2015
La obra de Marta Martínez puede contemplarse en TÍLTIDE
hasta el MARTES 10 DE NOVIEMBRE
hasta el MARTES 10 DE NOVIEMBRE
C/ Fernando el Católico 28, Madrid