En el Matadero de Madrid, frente a la Casa del Lector, se ha inaugurado una exposición con belenes internacionales, procedentes de diferentes lugares del mundo, lleva el nombre de "Noche de luz".
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Belén portugués |
Por lugar de procedencia, hay belenes de España, de Francia, napolitanos, portugueses, checos, africanos, muchos de Méjico, brasileños, de Japón… hasta de Alaska. Son casi todos de tamaño pequeño o mediano y, eso sí, confeccionados con los más variados materiales: de madera, de tela, de papel, de conchas, de paja, de corcho, de cuerda, de piedra, de porcelana, de hojalata…
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Curiosa representación en uno de los belenes..... A ver si lo encontráis.! |
Cada uno de ellos refleja la interpretación del nacimiento de Dios que hace cada cultura. Sobre el hecho básico que coincide en todos: el niño nacido está con la Virgen y con San José, y rodeado de personajes diversos que le adoran, se encuentran numerosas variantes en cuanto a colocación de los elementos, por ejemplo, en los latinoamericanos casi siempre la burra y el buey se sitúan en primer plano, vestimentas, regalos para el niño… Son como pequeños mundos que hay que pararse a observar con detenimiento.
La historia del nacimiento de Jesús
y todas los hechos que lo rodearon, tales como la anunciación a los pastores y la adoración de los Reyes entre otros, son escenas que habitualmente se representan en el arte del belenismo. Los datos de que dispone el belenista los encuentra solamente en dos Evangelios Canónicos, los de Mateo y Lucas, o en los Evangelios Apócrifos (no reconocidos por la Iglesia Católica), éstos son más explícitos y añaden cierto número de detalles que proporcionan más ternura al nacimiento de Jesús. Estas fuentes sirven de guía a la imaginación y pauta a seguir en la escena que el belenista desea representar.
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Belén de las Jerónimas Carboneras |
En el S. II se adoptaron temas del Nacimiento de Cristo, pudiendo apreciar algunas muestras de estas representaciones en la Catacumba de Priscila (fotografía posterior), en la que aparece por primera vez la Virgen con el Niño en brazos y a su lado el profeta Isaías apuntando con el dedo hacia una estrella.
San Francisco de Asís
La historia narra que tras la peregrinación
a los Lugares Santos, Francisco, durante la Eucaristía de la Nochebuena de 1223, decidió representar, en una cueva de Greccio (Italia),
el nacimiento de Jesús. Algunos
historiadores afirman que fue el mismo San Antonio de Padua,
contemporáneo de Francisco, quien celebró la misa. Y he aquí el milagro: por
un momento, se vio materializarse al Niño, y un muñeco elegido para representar al niño Jesús, a causa del frío, empezó a llorar. Junto a él los animales, una burra y un buey, como decían los Evangelios Apócrifos.
Si bien puede ser excesivo considerar que
aquella noche de Greccio fue el origen del nacimiento, sin embargo es
legítimo considerarlo como el punto de partida de un fenómeno de una
difusión extraordinaria en todo el mundo. Los franciscanos, a ejemplo de
su fundador, se convirtieron en los pioneros del "Belén" en las
iglesias y conventos que abrieron por toda Europa. Por ello, desde 1986,
san Francisco es considerado el patrón universal del belén.
Como referencias más antiguas que tenemos respecto a los primero belenes que se realizaron en el mundo, citamos el que fuera realizado por Arnolfo di Cambio (Florencia 1289). Este arquitecto de la Catedral de Florencia talló figuras en mármol blanco, parte de las cuales se conservan aún en Santa María la Mayor de Roma.
Durante los siglos XIV y XV las iglesias italianas se llenan de hermosos belenes fijos, como los de Andrea della Robia en el Duomo de Valterra. Con el barroco se impulsó de forma definitiva la realización de belenes. El auge de la escultura y la incorporación del espacio escénico y los detalles introducen el belén en las casas señoriales. De éstas a la burguesía y de aquí al pueblo, produciéndose un gran desarrollo en los siglos XVII y XVIII hasta nuestros días.
En España, el Belén es introducido por la orden franciscana en el siglo XV. Del siglo XVI todavía se conserva el Belén de Coral en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, todas las figuras están talladas en coral, plata y bronce, desconociéndose su autor o autores.
Autores como Martínez Montañés en el siglo XVI, Luisa Roldán "La Roldana" en el siglo XVII, contribuyeron con sus esculturas al auge que posteriormente tomaría la instalación de belenes. Como anécdota de este siglo XVII, basta observar lo que en el inventario de bienes de Lope de Vega, consta las figuras de un belén que se ponía en su casa.
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Belén napolitamo. |
Carlos III, que había hecho del nacimiento una institución nacional en Italia mientras ocupó el trono de Nápoles, introdujo el arte del belenismo en España, encargando más de 200 figuras a los artistas valencianos José Estévez Bonet y José Ginés Marín y al imaginero murciano Salcillo, que construyeran figuras para una de las creaciones más queridas: "El belén del príncipe", para su hijo Carlos IV. Este belén se caracteriza por tener figuras de diferentes tamaños para una acertada perspectiva al ser colocadas. Aún se conservan muchas figuras en el Palacio Real. Como ocurrió en Italia arraigó en las costumbres populares.
El imaginero murciano Francisco Salcillo (siglo XVIII) supone una de las mayores aportaciones al belenismo en España. Un monumental belén encargado por el Marqués de Riquelme con más de 900 figuras que se conserva casi completo en el Museo Salcillo de Murcia.
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Precioso misterio de Salcillo. |
Los impulsores y artesanos más importantes de la historia del belenismo en España, desde el origen del belén hasta nuestros días son entre otros Fray Eugenio de Torices, La Roldana, Carlos III, Francisco Salcillo y la escuela murciana, la escuela de Olot, la escuela granadina y la jerezana. Desde los primeros belenes españoles, la ejecución material de las figurillas tiene una tendencia especial, "la policromía" sobre madera o barro, empleándose lienzo en algunas de ellas como en la escuela murciana.
Actualmente existen muy buenos imagineros en España, como José Luís Mayo Lebrija, Martín Castells y Martí, los murcianos José Nicolás Almansa, los hermanos Griñán, Serrano, Amo, Guillén, Galán, Amo, Decorate y otros, en Granada tenemos a José Miranda y Jesús Jiménez continuador de la escuela barroca granadina de su abuelo Rada, y Jerez con Pedro Ramírez Pazos, un maestro cada vez más destacado en la realización de esculturas para el Belén.