La obra
de dos coleccionistas de arte, Im Obersteg
y Rudolf Staecheling, suizos ambos y amigos, que iniciaron sus colecciones a principios del
siglo XX en Basilea, ahora se exponen en
el MUSEO REINA SOFÍA, procedentes del Museo de aquella ciudad.
Las fotografías que aparecen a continuación son las de la casa de Obersteg: a la izquierda obras de Chagall, la más grade es Judío en blanco y negro (1914). De frente un Paisaje de Rouault (1919)
El hecho de que el coleccionismo privado, en los inicios de la modernidad, creciera, suponía un distanciamiento de su origen en el contexto de la aristocracia europea y respondía a una pujante economía en beneficio de una burguesía liberal, al desarrollo de las instituciones públicas y la participación de intelectuales, críticos e historiadores en el arte moderno. También, por supuesto, al crecimiento de un mercado que empezaba a nutrirse de ese incipiente interés.
La vida familiar de Obersteg y Staecheling entre cuadros de Pissarro, Van Gogh, Picasso, Chagall, Kandinsky, Cézanne, Manet, etc, etc, etc, diseminados por salones, comedores y recibidores de sus casas, me ha producido tal impresión que no he podido dejar de pensar en cómo quedarían en la mía propia. Y se me ha ocurrido fotografiar casas con cuadros de artistas actuales que no por ser menos cotizados, dejan de tener el aliento de aquellos otros.
Las que aparecen a continuación son fotografías de las casas de amigos, conocidos, clientes, amigos de amigos de otros amigos... Ellos han querido también convivir con el Arte y tener cerca lo que han creado artistas actuales con preparación, esfuerzo, sentimiento y entrega. Porque sienten que el arte aporta algo a sus vidas: las enriquece, les contagia hermosura, humanidad, serenidad, alegría, y a veces consuelo.
Estos son los nombres de algunos de los artistas que aparecen en las fotografías (perdón si me olvido de alguno).
José Luis Fernández
Pedro Martínez Avial
Carmela Villa Río
Antonio Juárez
Aurora Gómez Tejedor
Patricio Hidalgo
Gudrum Ewert
Vidal Hurtado
Ernesto Pedalino
Julián Vegas
Guinovart
José Cabellero
Pancho Cossio.
Os agradezco, a todos los que me habéis enviado las fotografías que aparecen en esta entrada, vuestro interés y vuestro cariño. Me han encantado, todas.... ¡Y aún tengo más, para realizar una segunda parte!
Si alguno de los lectores y seguidores del blog, quiere participar en esa segundo entrada, no tiene más que enviarla su foto a mi correo. A lo mejor, nuestros hijos o nietos las miran con la misma admiración con la que nosotros vemos ahora las colecciones de Obersteg y Staecheling, que podéis contemplar en el Museo Reina Sofía.
Un abrazo y gracias.
Matilde
Me enanta ver los cuadros que hay en las casas. Se empieza con uno o dos pero cuantos mas años pasan, menos y menos hueco hay en sus paredes, aumenta el numero de cuadros que las ocupan y entre todos componen una historia. Muy bonita esta entrada. Un beso
ResponderEliminarGracias, guapísima. A mi me encantan las casas completas, con todo lo que hay dentro : cuadros, libros, recuerdos... Es el pequeño mundo de cada uno.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, Sara. Mil besos.
Gracias a Tíltide, y este animante blog lleno de enlaces, gracias por la gran labor que realizas con el arte, incluso este tan particular e íntimo de los hogares. Te enviaré una foto. Un beso.
ResponderEliminarGracias, M. José por tus palabras y espero tu foto. Un beso para ti.
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