29 de mayo de 2023

La serreria belga. Costus: La Vía Láctea

El Espacio Cultural Serrería Belga, con cerca de 4.000 m., asienta sobre un singular edificio industrial del primer cuarto del siglo XX, situado entre las calles Alameda y Cenicero. Se trata de un destacado ejemplo de construcción industrial, de una gran calidad arquitectónica, que ha sido reconocido recientemente con su introducción en la lista del ‘Paisaje de la Luz’ madrileño como Patrimonio de la Humanidad..



Costus:  La Vía Láctea-

 Por primera vez y después de 40 años sin estar expuestas al público, 12 de las 14 obras que componen la serie de pinturas y esculturas realizada por los artistas Juan Carrero y Enrique Naya, más conocidos , como Costus o “Las Costus”, para el mítico bar de copas de Malasaña La Vía Láctea, se exponen en esta sala.

La muestra reúne a personajes internacionales de la talla de Ava Gadner, Brigitte Bardot, Elvis Presley, Marilyn Monroe, Marlon Brandon o Yul Brynner. Todos ellos conviven junto a celebridades nacionales como Lola Flores y con estrellas del papel cuché de la época, representadas en algunos casos compartiendo mesa con los clientes.

Las obras, a tamaño natural y en el mejor estilo pop, se podrán disfrutar por primera vez en una exposición después de que se retirasen en 1984 del bar para el que fueron creadas. Un minucioso y exhaustivo proceso de restauración ha devuelto a las obras todo el esplendor con el que fueron realizadas a finales de los años setenta.

Esta serie dedicada a las estrellas de cine y del arte supuso el principio de la colaboración entre ambos artistas. Enrique Naya pintaba las figuras con su característico estilo realista, influenciado por el pop norteamericano, especialmente por Rosenquist y Wesselmann, mientras que Juan Carrero hacía lo propio con los fondos.



La exposición es una oportunidad única para ver la colección casi completa como fue concebida y creada por Los Costus. Es apasionante descubrir, 40 años después, una serie tan maravillosa y llena de vida, que representa el mundo estético de Costus en un momento creativo en la capital de España donde el arte, la música, el diseño, el cine o la literatura convivieron en un momento de eclosión creativa. Sin duda es un hito muy importante para Madrid poder recuperar este increíble legado cultural". 

Esta muestra está coordinada por Arte Global, el Ayuntamiento de Madrid y la colaboración de RedCollectors y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC)





Espacio de Arte Tíltide

C. Fernando el Católico, 28

Madrid 28015


19 de mayo de 2023

Juan Muñoz en Alcalá 31

La Sala Alcalá 31  presenta “Todo lo que veo me sobrevivirá”, una exposición dedicada a la producción de la década de los noventa del artista Juan Muñoz, uno de los artistas europeos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.


La exposición  reúne algunas de sus piezas más icónicas, fechadas entre los años 90 y 2001, año de su prematura muerte. Esta última década de producción de Juan Muñoz estuvo marcada por el dominio del espacio, en una concepción neobarroca, y por la recuperación de la figura humana como elemento central de trabajo. Su vocación existencialista, su cualidad emocional y su reivindicación del truco, de  la incredulidad, determinaron la ficción como una característica fundamental del arte contemporáneo, avanzando un cambio que será esencial dentro del arte en el siglo XXI.

Es uno de los artistas que más incide en el diálogo entre el teatro y la representación. Hace que no haya distancia entre lo que es expositivo y lo que es real en un espacio. 

En el momento que entramos en la instalación, todo lo que hay alrededor se ha convertido en una obra de arte. Juan Muñoz trabajaba en ese lugar en el que los espectadores se convierten en protagonistas de la propia obra de arte (y de ahí la presencia de los espejos). Un espacio en el que hemos aceptado ser parte del espectáculo. Con ello, Muñoz fue un precursor de lo que ocurrió a partir de 2001 con la escultura contemporánea: se empezaron a borrar los límites entre ficción y realidad.


La presencia de los espejos.

En las imágenes anteriores, Sara, una de las pocas figuras femeninas de su trayectoria. Junto a otro enano, Jorge —cuya escultura también está en la exposición— trabajaron con Muñoz en su estudio de Madrid. Segade, director del Centro de Arte  Dos de Mayo, explica como los cuerpos no normativos están en el trabajo de Muñoz. “Él decía que cuando te encontrabas a un enano, por ejemplo, en un paso de cebra, sentías una sensación de culpabilidad extraña, de tener la culpa de que alguien sea distinto a mí. Y esa sensación de alteridad es lo que él trabajó psicológicamente a lo largo de sus obras”. Este añade, es otro motivo por el que Juan Muñoz tiene un peso tan importante en el arte del siglo XX.

Entre todas las obras que podrán verse destaca Plaza, pieza procedente del Kunstsammlung K21 Dusseldorf, que no se ha visto en España desde que el Museo Reina Sofía le dedicó en el Palacio de Velázquez la muestra Monólogos y diálogos en 1996. 




Qué tienen en común todos estos los personajes de esta obra Juan Muñoz? 
Los rasgos faciales orientales, y su sonrisa.
La ausencia de pies.
La indumentaria.
La monocromía.
El deseo de no incluir al espectador en el espacio. 

Así el artista despoja a sus personajes de identidad individual, los colectiviza. Sólo se diferencian  en  su posición  y en la colocación de sus brazos. Y a pesar de todo, no se miran, no interactúan,  sonríen. La soledad se hace patente, como ocurre con el  mismo ser humano. Es más, incluso parece que los chinos pudiesen estar riéndose de nosotros. 


Con la cuerda en la boca, con la que el artista rinde homenaje a la pintura de Degas Miss La La, una trapecista del siglo XIX en París que había cautivado al público al elevarse del suelo sujetando su cuerpo a una anilla con la boca. De nuevo, el silencio: si la figura habla, se cae y muere.


Asimismo, la muestra cuenta con préstamos procedentes de varias colecciones, tanto nacionales como internacionales, de museos como el Stedelijk van Abbe Museum de Eindhoven, el S.M.A.K. de Gante o la Fundación Botín, y también colecciones particulares.

En “Dos sentados en el muro”, sigue la cadena de pares o dobles, que recorre el trabajo de Muñoz. Estas dos están sentadas en dos sillas al borde de la pared, colgando, parecen a punto de caerse. Ríen a carcajadas y, otra vez, estamos fuera de la historia, no sabemos el motivo de su risa. Hay un realismo, un hiperrealismo incluso, en las caras. Pero luego está la distancia de ese color gris.



Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001) pasó un año estudiando arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid antes de decidir huir de la España franquista hacia Londres en 1970. Muñoz pasó a estudiar en la Escuela Central de Arte y Diseño de Londres (1976– 1977);  en el Croydon College of Design and Technology, Londres, donde se centró en el grabado (1979–1980); y en el Pratt Graphics Center, Nueva York (1981). Los períodos que Muñoz pasó viviendo en Londres y Nueva York fueron particularmente formativos. Mientras estuvo en Londres, su trabajo se basó principalmente en la interpretación y se interesó progresivamente en un grupo de artistas que estaban trabajando para ir más allá del canon de la escultura tradicional, como Richard Deacon y Bill Woodrow, entre otros.


Al mudarse a Nueva York en 1981, recibió una beca Fulbright. También comenzó su trabajo en escultura y fue fuertemente influenciado por creadores como Philip Guston, Robert Morris, Barnett Newman y Robert Smithson.

 

El trabajo de Muñoz ha sido objeto de numerosas presentaciones individuales en los Estados Unidos y Europa. En el año 2000, la Tate Modern de Londres también le encargó que fuera el segundo artista, tras Louise Bourgeois, en hacerse cargo de su Sala de Turbinas. Muñoz pasó meses desarrollando una gran instalación, que se abrió al público en 2001, año de su fallecimiento.






La trayectoria de Muñoz se truncó en el momento de su máximo apogeo, después de inaugurar su gran instalación en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres. De ahí que la muestra de la Sala Alcalá 31,, toma su nombre de una cita de la poeta rusa Anna Ajmátova (1889 – 1966) que Muñoz recogió en una de las últimas notas de sus cuadernos de preparación para la muestra en el museo londinense. Fue como una premonición de su próxima muerte.


En Madrid, un doble homenaje a este artista que se celebra, ahora, en la Sala Alcalá 31 y  en el Museo  Sala de Arte  dos de Mayo, entre junio y noviembre de 2023. esta última muestra que incluirá diversas instalaciones, esculturas, dibujos y pinturas de su primera década de trayectoria. A través de esta doble exposición que recorrerá dos décadas de la intensa trayectoria de Juan Muñoz, tendremos viva la obra de este artista, precisamente en el año en el que se cumplen 70  de su nacimiento.



Visita guiada por 

Sara Fernández, Lda. en Historia del Arte por la UCM y diseñadora.

Fotografía: María de la Riva

https://www.comunidad.madrid/



 Actividades Culturales Tíltide. 

C. Fernando el Católico 28, Madrid.

tiltide.com

tiltide@gmail.com


12 de mayo de 2023

Exposición de Margarita Vara-Tártalo y Pedro Barranco.

En el centro de Arte La FUENTE de MOJÁCAR (Almería).
Del 5 al 30 de mayo de 2023.



La pintura presentada por Margarita, responde a una mirada retrospectiva, que se inicia en los momentos de juventud y va evolucionando hasta sus últimas composiciones: Desde una magnifica abstracción hasta una personal realización, con oleo y acrílicos  basada en el color y la armonía.





Margarita se considera pintora de vocación. Tuve la suerte, dice, de contar con un gran maestro que me enseñó el oficio y sobre todo a usarlo con total libertad, sin trabas ni condicionamiento alguno, llegando así a lo más lejos que tu imaginación pueda llevarte.

Al pintar  me siento completamente "libre" y  eso es mucho.
Para mí cada cuadro es una aventura. Ante el lienzo en blanco lo primero que me planteo es la composición, la distribución de espacios. la belleza de las formas, el color que tanto me ha interesado siempre... sin olvidar la luz.

La propia obra me va diciendo lo que debo que hacer y muchas veces me encuentro con cosas que no esperaba, y que me sorprenden. Es como si la pintura guiara mi mano para ser plasmada en el lienzo, con la intención de llegar al interior de quien lo mira y lo ve, es decir, le emociona y le conmueve.



Pero junto a la pintura  de Margarita,  la escultura de Pedro, realizada con tela metálica, malla de aluminio de distintos calibres y trenzados, posteriormente pintada o barnizada: bailarines, toros y caballos y sus poderosos arcángeles, son los protagonistas.







Tenemos todo el MES DE MAYO para  disfrutar de esta estupenda exposición.
 

El parque de la Quinta de la Fuente del Berro: Un paseo por Madrid

Este parque constituye uno de los más importantes parques de Madrid adscritos a la categoría de jardín histórico-artístico.

 El inicio del parque tiene lugar en una finca situada junto al arroyo Abroñigal, curso de agua del que se tiene noticia desde el siglo XVII y que hoy coincide con el trazado de la M-30.

 El condestable de Castilla y León, Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías y conde de Haro, compró diversas tierras con el fin de formar una quinta que se llamaría de Miraflores, de Frías...

En 1630 Felipe IV adquirió por 32.000 ducados la mencionada finca, que contenía una casa con jardines, huertas, tierras de labor, viñas y frondosas arboledas compuestas de gran cantidad de árboles frutales, cipreses, álamos y moreras. La zona era extraordinariamente rica enaguas que se aprovechaban para sus fuentes y estanques. Una fuente en concreto, la del Berro, tuvo siempre fama de ser la mejor de Madrid.

 Sin embargo éste no pudo disfrutar durante mucho tiempo de la finca, puesto que en 1640 la cedió a los monjes benedictinos castellanos de Montserrat, expulsados de Cataluña, mientras éstos construían su convento en la calle de San Bernardo. Sin embargo los reyes se reservaron el derecho a utilizar las aguas de la fuente ya que se había generado la tradición de recoger agua de dichafuente y transportala en burro a palacio. De hecho fue la segunda mujer de Felipe IV, Mariana de Austria, quien remodeló la fuente poniendo en ella dos caños, uno manaba hacia el parque y era de uso de la familia real, mientras que el otro que manaba hacia la parte posterior, podía ser utilizada por el pueblo.


Los monjes estuvieron sólo dos años y en 1703 fue comprada por la Adelantada de Costa Rica, María Trimiño Vázquez de Coronado, quien realizó diversas mejoras relacionadas con las conducciones de agua y de riego; unos años más tarde la legó a Obra Pía de los Padres Mercedarios Calzados, aunque los reyes seguían reservándose el derecho sobre sus aguas. Carlos III mandó proteger la fuente con una casilla , a la vez que empezó a denominarse fuente del Rey. Los monjes mercedarios la abandonaron.

 En mayo de 1800, Martín Estenoz adquiría en pública subasta esta quinta del Berro. A mediados del siglo XIX el propietario debía de ser el brigadier Ramírez, puesto que así nos lo indica Pascual Madoz. Y a finales de esta centuria fue utilizada como marco para instalar el jardín de recreo Nuevos Campos Elíseos, en cuyo recinto se levantó una torre-mirador, invernaderos, la ría, el estanque, una cascada, sin que faltase una escuela de tiro, un velódromo, una montaña rusa, etc.; se aprovecharon, asimismo algunos edificios existentes, como el palacete, donde se instaló el restaurante. Aunque se abrió al público en 1900. parece ser que dos años más tarde este proyecto ya no funcionaba. De esta época data su conversión a jardín inglés. 

Tuvo diversos propietarios después, de los cuales el último fue una familia holandesa, los Van Eeghen que edificó el palacete tal  como hoy lo podemos ver. El palacete sirvió de vivienda a este  último propietario y después de ser destinado a distintos usos ha sido rehabilitado y en este momento es Centro Cultural del distrito de Salamanca.

En 1948 el Ayuntamiento de Madrid compró la quinta aunque ya antes, en 1941 había sido declarado jardín histórico-artístico. Después de ser sometido a obras de restauración se abrióal público en 1954.

 El parque consta de tres partes:

1. La zona alta donde se encuentra el palacete.

2. La zona media o de la ría.

3. La zona baja, situada junto a la M-30

El palacete es de estilo historicista, ecléctico. La fachada que da al interior del parque da a un jardín de tipo andaluz, con escaleras y terrazas, balaustradas y un pequeño arco con azulejería modernista.

         

La zona que da a la glorieta de entrada, es de estilo más clasicista. En el centro de dicha glorieta vemos un estanque de tipo francés, regular, en cuyo centro se alza un gran jarrón de piedra.

A lo largo del parque podemos encontrar pequeñas construcciones de corte ecléctico, una de ellas rematada por un chapitel, mientras que otra tiene un pintoresco tejado parecido al de los molinos holandeses.

También se pueden ver en el parque varias estatuas, una de ellas perteneciente al poeta Gustavo Adolfo Bécquer quien, durante su estancia en Madrid, vivió en uno de los hoteles de la cercana colonia Iturbe; y también obras de otros escultores contemporáneos.


Junto a la tapia de entrada que da a la calle Enrique D’Almonte se puede ver una construcción de ladrillo, de estilo neomudejar, quizá restos de los  desaparecidos Nuevos Campos Elíseos, esa especie de parque de atracciones que también se ubicó en el lugar y que duro escaso tiempo.

                                    

Terminamos la visita saliendo del parque por la entrada principal que da a la calle D’Almonte y Jorge Juan y atravesamos la pequeña plazoleta, fuera ya del parque, donde se encuentra la Fuente del Berro. El motivo de esta segregación ya la hemos dicho, se dejó fuera de la propiedad real o particular, según la época, para que el agua pudiera ser utilizada por el pueblo.

                            


Hasta pronto, desde TÍLTIDE.

C. Fernando el Católico 28, Madrid.
tiltide.com
tiltide@gmail.com
Visita organizada y dirigida por la profesora
Carmen Manso de Zuñiga, 
Licenciada en Historia del Arte por la UCM.

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