19 de mayo de 2023

Juan Muñoz en Alcalá 31

La Sala Alcalá 31  presenta “Todo lo que veo me sobrevivirá”, una exposición dedicada a la producción de la década de los noventa del artista Juan Muñoz, uno de los artistas europeos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.


La exposición  reúne algunas de sus piezas más icónicas, fechadas entre los años 90 y 2001, año de su prematura muerte. Esta última década de producción de Juan Muñoz estuvo marcada por el dominio del espacio, en una concepción neobarroca, y por la recuperación de la figura humana como elemento central de trabajo. Su vocación existencialista, su cualidad emocional y su reivindicación del truco, de  la incredulidad, determinaron la ficción como una característica fundamental del arte contemporáneo, avanzando un cambio que será esencial dentro del arte en el siglo XXI.

Es uno de los artistas que más incide en el diálogo entre el teatro y la representación. Hace que no haya distancia entre lo que es expositivo y lo que es real en un espacio. 

En el momento que entramos en la instalación, todo lo que hay alrededor se ha convertido en una obra de arte. Juan Muñoz trabajaba en ese lugar en el que los espectadores se convierten en protagonistas de la propia obra de arte (y de ahí la presencia de los espejos). Un espacio en el que hemos aceptado ser parte del espectáculo. Con ello, Muñoz fue un precursor de lo que ocurrió a partir de 2001 con la escultura contemporánea: se empezaron a borrar los límites entre ficción y realidad.


La presencia de los espejos.

En las imágenes anteriores, Sara, una de las pocas figuras femeninas de su trayectoria. Junto a otro enano, Jorge —cuya escultura también está en la exposición— trabajaron con Muñoz en su estudio de Madrid. Segade, director del Centro de Arte  Dos de Mayo, explica como los cuerpos no normativos están en el trabajo de Muñoz. “Él decía que cuando te encontrabas a un enano, por ejemplo, en un paso de cebra, sentías una sensación de culpabilidad extraña, de tener la culpa de que alguien sea distinto a mí. Y esa sensación de alteridad es lo que él trabajó psicológicamente a lo largo de sus obras”. Este añade, es otro motivo por el que Juan Muñoz tiene un peso tan importante en el arte del siglo XX.

Entre todas las obras que podrán verse destaca Plaza, pieza procedente del Kunstsammlung K21 Dusseldorf, que no se ha visto en España desde que el Museo Reina Sofía le dedicó en el Palacio de Velázquez la muestra Monólogos y diálogos en 1996. 




Qué tienen en común todos estos los personajes de esta obra Juan Muñoz? 
Los rasgos faciales orientales, y su sonrisa.
La ausencia de pies.
La indumentaria.
La monocromía.
El deseo de no incluir al espectador en el espacio. 

Así el artista despoja a sus personajes de identidad individual, los colectiviza. Sólo se diferencian  en  su posición  y en la colocación de sus brazos. Y a pesar de todo, no se miran, no interactúan,  sonríen. La soledad se hace patente, como ocurre con el  mismo ser humano. Es más, incluso parece que los chinos pudiesen estar riéndose de nosotros. 


Con la cuerda en la boca, con la que el artista rinde homenaje a la pintura de Degas Miss La La, una trapecista del siglo XIX en París que había cautivado al público al elevarse del suelo sujetando su cuerpo a una anilla con la boca. De nuevo, el silencio: si la figura habla, se cae y muere.


Asimismo, la muestra cuenta con préstamos procedentes de varias colecciones, tanto nacionales como internacionales, de museos como el Stedelijk van Abbe Museum de Eindhoven, el S.M.A.K. de Gante o la Fundación Botín, y también colecciones particulares.

En “Dos sentados en el muro”, sigue la cadena de pares o dobles, que recorre el trabajo de Muñoz. Estas dos están sentadas en dos sillas al borde de la pared, colgando, parecen a punto de caerse. Ríen a carcajadas y, otra vez, estamos fuera de la historia, no sabemos el motivo de su risa. Hay un realismo, un hiperrealismo incluso, en las caras. Pero luego está la distancia de ese color gris.



Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001) pasó un año estudiando arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid antes de decidir huir de la España franquista hacia Londres en 1970. Muñoz pasó a estudiar en la Escuela Central de Arte y Diseño de Londres (1976– 1977);  en el Croydon College of Design and Technology, Londres, donde se centró en el grabado (1979–1980); y en el Pratt Graphics Center, Nueva York (1981). Los períodos que Muñoz pasó viviendo en Londres y Nueva York fueron particularmente formativos. Mientras estuvo en Londres, su trabajo se basó principalmente en la interpretación y se interesó progresivamente en un grupo de artistas que estaban trabajando para ir más allá del canon de la escultura tradicional, como Richard Deacon y Bill Woodrow, entre otros.


Al mudarse a Nueva York en 1981, recibió una beca Fulbright. También comenzó su trabajo en escultura y fue fuertemente influenciado por creadores como Philip Guston, Robert Morris, Barnett Newman y Robert Smithson.

 

El trabajo de Muñoz ha sido objeto de numerosas presentaciones individuales en los Estados Unidos y Europa. En el año 2000, la Tate Modern de Londres también le encargó que fuera el segundo artista, tras Louise Bourgeois, en hacerse cargo de su Sala de Turbinas. Muñoz pasó meses desarrollando una gran instalación, que se abrió al público en 2001, año de su fallecimiento.






La trayectoria de Muñoz se truncó en el momento de su máximo apogeo, después de inaugurar su gran instalación en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres. De ahí que la muestra de la Sala Alcalá 31,, toma su nombre de una cita de la poeta rusa Anna Ajmátova (1889 – 1966) que Muñoz recogió en una de las últimas notas de sus cuadernos de preparación para la muestra en el museo londinense. Fue como una premonición de su próxima muerte.


En Madrid, un doble homenaje a este artista que se celebra, ahora, en la Sala Alcalá 31 y  en el Museo  Sala de Arte  dos de Mayo, entre junio y noviembre de 2023. esta última muestra que incluirá diversas instalaciones, esculturas, dibujos y pinturas de su primera década de trayectoria. A través de esta doble exposición que recorrerá dos décadas de la intensa trayectoria de Juan Muñoz, tendremos viva la obra de este artista, precisamente en el año en el que se cumplen 70  de su nacimiento.



Visita guiada por 

Sara Fernández, Lda. en Historia del Arte por la UCM y diseñadora.

Fotografía: María de la Riva

https://www.comunidad.madrid/



 Actividades Culturales Tíltide. 

C. Fernando el Católico 28, Madrid.

tiltide.com

tiltide@gmail.com


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