Con más de 110 piezas, la muestra aborda la obra de Amalia Avia desde un punto de vista actual, buscando otras perspectivas a partir del uso de la fotografía en su obra. Incluye una amplia panorámica de su producción artística marcada, por una parte, por las obras de exteriores y edificios emblemáticos de diferentes barrios de Madrid y, por otra, por los interiores de distintas estancias y la reproducción de objetos cotidianos.
Vista de la Sala Alcalá 31 |
Es esta una arista figurativa perteneciente al grupo de realistas madrileños que se formó a partir de los años 50, cuando coincidieron todos en la Real Academia de las Artes de San Fernando. Pertenecían al grupo otros artistas como Antonio López, Isabel Quintanilla y María Moreno.
La corriente realista convivía en la escena madrileña con el Informalismo, una rama del arte abstracto que se desarrollaba en Europa de forma paralela al expresionismo abstracto en EEUU. A este ultimo grupo pertenecía Lucio Muñoz que será el marido de Amalia Avia, y el padre de sus hijos.
Amalia Avia (Santa Cruz de la Zarza, Toledo, 1930 – Madrid, 2011) instalada en Madrid desde los años cincuenta, se enamoró de la ciudad, y por eso su pintura aborda temas urbanos y muestra la belleza de los edificios con sus fachadas dañadas por el paso del tiempo. Avia se detiene en detalles que a veces nos pasan desapercibidos como tapias, puertas de comercios o muebles y objetos del interior de las casas.
Entrada de un portal de la calle Ayala.
La muestra se divide en tres secciones: Vida cotidiana, ciudades y objetos encontrados. Las obras que componen cada una de estas tres secciones comparten una serie de premisas que reflejan la sensibilidad de Avia:
Su atracción por los temas urbanos y por las tipografías que se hace patente en sus pinturas, desde la Puerta del Sol, pasando por el barrio de Justicia, hasta llegar a comedores, cocinas, mecedoras, máquinas de coser o la singular serie de las camas, en todas las obras vemos la intención de Avia de reflejar la huella de lo humano, de esas vidas anónimas que tanto la atraían.
Fachada de la Fundación BBVA. |
Portal verde de París. |
Su gusto por lo melancólico y lo abandonado, acentuado por un atmosfera lluviosa de cielos plomizos y gamas de colores tierras y grises.
Calle de Madrid. Ministerio de Fomento.
Fachada del Ministerio de Educación.
El Retiro. |
Calle de Castillla la Mancha.
Puesto callejero de máquinas. |
Para terminar, cabe destacar su inquietud por retratar, con sus pinceles, un Madrid que le atraía profundamente, desde los lugares más emblemáticos hasta los rincones más humildes, representados por sus fachadas de negocios abandonados, que evidenciaban la huella del paso del tiempo y del envejecimiento de la ciudad.
Fachada de una antigua mercería mallorquina que da nombre a la exposición |
La puerta del Sol. |
Completa la muestra un archivo de fotografías en las que se basaba la pintora para realizar su obra.
Actividades Culturales Tíltide
Profesora: Sara Fernández. Historiadora del Arte por la UCM.
C. Fernando el Católico, 28
28015 Madrid
¡Fantástica, crítica y presentación! Preciosa exposición que refleja la visión del Madrid de los años cincuenta.👍
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu visita y comentario.
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